El Legado

La historia de Bodega El Legado se remonta a 1968, cuando Luis Marzuca adquirió estas tierras en Carmelo con el sueño de fundar una bodega. En aquellos años la tradición vitivinícola de la región estaba muy viva, con familias italianas y españolas dedicadas al vino. Sin embargo, la crisis de 1982 golpeó fuerte: el comercio familiar quebró, parte de las tierras se vendieron y este viñedo quedó bajo otras manos durante 25 años. Luis falleció poco después, dejando en suspenso su sueño.

En 2007 la familia recuperó parte del campo y decidió transformar la idea original en un proyecto más cercano y familiar. Bernardo Marzuca, junto a su esposa María Marta Barberis, impulsó la plantación de pequeñas parcelas de Tannat y Syrah con plantas traídas de Francia. La apuesta no fue por grandes volúmenes, sino por vinos de alta calidad y una experiencia enoturística que, en ese momento, pocos imaginaban para Carmelo.

Con el tiempo, sus hijos Federico, Santiago y Juan se sumaron al proyecto, cada uno aportando su energía y mirada. La bodega creció de forma paulatina, incorporando espacios de recepción, alojamiento y hasta una piscina entre los viñedos, pero siempre con el mismo enfoque: mantener lo exclusivo y transmitir calidez. Tras la partida de Bernardo, el nombre “El Legado” tomó aún más sentido, reflejando un sueño que la familia continúa con orgullo.

Hoy, El Legado es sinónimo de autenticidad, tradición y hospitalidad. Cada vendimia es un recordatorio del valor del trabajo en familia y de la pasión transmitida de generación en generación. Quienes visitan la bodega no solo degustan vinos únicos, también se llevan una historia viva que sigue creciendo, brindis tras brindis, en el corazón de Carmelo.